En la actual fase de hormigonado, según explican a pie de obra los responsables de innovación de Sacyr, se está empleando la última tecnología disponible en el sector, como una serie de sensores inalámbricos para controlar la calidad del hormigón. Estos sensores se instalaron en varios puntos del edificio justo antes de hormigonar la estructura y, gracias a ellos, los ingenieros de la obra puende conocer en tiempo real la calidad del material, su temperatura y resistencia, una vez hormigonado el terreno.
Esta información se transmite vía bluetooth y de manera instantánea a una aplicación móvil, y permite reducir los costes de ensayo en laboratorio y optimizar los procesos, además de proporcionar información fiable sobre zonas críticas estructurales del edificio. “Es un método completamente innovador que acelera y facilita el control de la calidad del hormigón”, resume Miguel Martín, gestor de proyectos de Innovación y Conocimiento en Sacyr Ingeniería e Infraestructuras.